El señor Harold Camping asegura que el mundo se va acabar el 21 de mayo del 2011, o al menos en esa fecha empezará acabarse (sic). Ha convertido la biblia en un parque de diversiones donde domina la numerología y, gracias a sumas, restas, multiplicaciones, divisiones y hasta raíces cuadradas, ha llegado a la conclusión que el 1º de octubre, ahora sí, se acaba el mundo. Desafía a los mayas y también al mismo Dios de su Biblia, donde asevera claramente por ahí que “Nadie sabe el día ni la hora, ni los ángeles del cielo, ni el hijo, solo lo sabe el Padre”.
Y ya se equivocó una vez al decir que era en 1994, pero dice que “ahora sí va en serio”.
En el pasaje bíblico donde habla que nadie sabe el día ni la hora, arroja también un tema polémico para los teólogos, pues sale a relucir el misterio de La Santísima Trinidad: ¿Cómo es que, siendo Dios uno y trino, puede asegurar él mismo (Jesús) que ni él conoce la fecha? ¿Entonces él no es Dios?
Pero si no es Dios, se admite entonces que es una especie de divinidad inferior, pero Dios en el Antiguo Testamento habla claramente que es un solo Dios, celoso y que todo existe por él.
En fin, me decidí a redactar este pequeño comentario solo para dar mi opinión del señor de noventa años que está jugando al payaso. Me hubiera gustado que en 1994, cuando tenía siete años, alguien se hubiera burlado de todos aquellos que decían que el mundo se acabaría en el año 2000. ES triste que a los niños, antes de hablarles de un Dios que todo lo ve, que se preocupa por ellos y que incluso les ayuda por medio de los ángeles de la Guarda, se les asuste con fechas “exactas” del fin del mundo, donde le ponen fin a la existencia que ellos conocen, que no es más que el mundo sensible que les rodea.
¿A cuántos “fines del mundo” ha sobrevivido usted?
Una minificción del tema:
La nota completa del fin del mundo:
¿A cuántos “fines del mundo” ha sobrevivido usted?
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